4.2 Das Zeitensystem im Spanischen - Satz 121 bis 140



El pozo y el péndulo (Edgar Allan Poe)

 
Satz 121: Mis nervios estaban abatidos por un largo sufrimiento, hasta el punto que me hacía temblar el sonido de mi propia voz, y me consideraba por todos motivos una víctima excelente para la clase de tortura que me aguardaba.
  Satz 122: Temblando, retrocedí a tientas hasta la pared, decidido a dejarme morir antes que afrontar el horror de los pozos que en las tinieblas de la celda multiplicaba mi imaginación.
  Satz 123: En otra situación de ánimo hubiese tenido el suficiente valor para concluir con mis miserias de una sola vez, lanzándome a uno de aquellos abismos, pero en aquellos momentos era yo el más perfecto de los cobardes.
  Satz 124: Por otra parte, me era imposible olvidar lo que había leído con respecto a aquellos pozos, de los que se decía que la extinción repentina de la vida era una esperanza cuidadosamente excluida por el genio infernal de quien los había concebido.
  Satz 125: Durante algunas horas me tuvo despierto la agitación de mi ánimo.
  Satz 126: Pero, por último, me adormecí de nuevo.
  Satz 127: Al despertarme, como la primera vez, hallé a mi lado un pan y un cántaro de agua.
  Satz 128: Me consumía una sed abrasadora, y de un trago vacié el cántaro.
  Satz 129: Algo debía de tener aquella agua, pues apenas bebí sentí unos irresistibles deseos de dormir.
  Satz 130: Caí en un sueño profundo parecido al de la muerte.
  Satz 131: No he podido saber nunca cuánto tiempo duró; pero, al abrir los ojos, pude distinguir los objetos que me rodeaban.
  Satz 132: Gracias a una extraña claridad sulfúrea, cuyo origen no pude descubrir al principio, podía ver la magnitud y aspecto de mi cárcel.
  Satz 133: Me había equivocado mucho con respecto a sus dimensiones.
  Satz 134: Las paredes no podían tener más de veinticinco yardas de circunferencia.
  Satz 135: Durante unos minutos, ese descubrimiento me turbó grandemente, turbación en verdad pueril, ya que, dadas las terribles circunstancias que me rodeaban, ¿qué cosa menos importante podía encontrar que las dimensiones de mi calabozo?
  Satz 136: Pero mi alma ponía un interés extraño en las cosas nimias, y tenazmente me dediqué a darme cuenta del error que había cometido al tomar las medidas a aquel recinto.
  Satz 137: Por último se me apareció como un relámpago la luz de la verdad.
  Satz 138: En mi primera exploración había contado cincuenta y dos pasos hasta el momento de caer.
  Satz 139: En ese instante debía encontrarme a uno o dos pasos del trozo de tela.
  Satz 140: Realmente, había efectuado casi el circuito de la cueva.





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