Creía
que entre las rojas ascuas del hogar habitaban
espíritus de fuego de mil colores,
que corrían como insectos de oro
a lo largo de los troncos encendidos, o
danzaban en una luminosa ronda de chispas
en la cúspide de las llamas, y se
pasaba las horas muertas sentado en un escabel
junto a la alta chimenea gótica,
inmóvil y con los ojos fijos en la
lumbre.
Er glaubte, die glühenden Kohlen des
Herdes seien von tausenden bunten Feuergeistern
bewohnt , die entweder wie goldene Insekten
auf den feurigen Stämmen entlangliefen
oder auf den Gipfeln der Flammen tanzten,
und er vergass die Zeit, wenn er unbeweglich
und die Augen starr auf die Glut gerichtet
auf einem Schemel neben dem hohen gotischen
Kamin sass.